martes, 2 de diciembre de 2014

LUCHA CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO

La lucha por la igualdad es una batalla aún no ganada que se remonta a cientos de años y en la que se asienta los orígenes del Día Internacional contra la Violencia de Género.

La violencia de género ha sido y sigue siendo un delito invisible, oculto en demasiadas ocasiones por una aparente felicidad conyugal. 1 de cada 7 mujeres ha sufrido algún tipo de violencia física o psíquica a lo largo de su vida, 603 millones de mujeres y niñas viven en países donde la violencia doméstica aún no es considerada delito, al menos 1 de cada 4 mujeres han sufrido violencia de género durante el embarazo, alrededor de 60 millones de niñas en el mundo son obligadas a casarse con menos de 18 años. Hechos que evidencian que todavía queda mucho por hacer. Aunque son cada vez más las mujeres que se atreven a poner nombre y apellidos a la violencia doméstica, el número de mujeres que callan es muy superior al de las que se atreven a hablar. El miedo, la insuficiente protección y el escaso amparo que reciben por parte de la ley son algunas de las causas principales que paralizan a las víctimas. Es por eso que cada 25 de noviembre tiene lugar el Día Internacional contra la Violencia de Género con los objetivos de concienciar y erradicar este grave problema que es una lacra para la sociedad.


Aquí podemos leer la historia de Sonia, una chica victima de la violencia de género. 


Sonia tenía 17 años cuando sufrió una experiencia que le marcó para toda la vida. Salían en grupo con otros chicos y chicas del barrio y un día apareció un chico nuevo que era vecino de su amigo Sergio. Este chico procedía de una familia desfavorecida, su padre era alcohólico y un hermano mayor estaba en prisión por robar en una gasolinera. Este chico se hizo en pocos días el líder del grupo: era el más divertido, gustaba mucho a todas las chicas del instituto. Pasados unos meses comenzaron a salir como pareja. A Sonia no le parecía nada serio, pero a ella le gustaba y pasaban buenos ratos juntos. Los problemas comenzaron cuando un día le dijo que no se pusiera faldas cortas ni tops, que la quería sólo para él.


A Sonia le pareció excesivo, pero poco a poco fue cohibiéndose a la hora de vestir, hasta el punto de que sus amigas se reían de ella por hacerle caso. Comenzaron a aflorar los puntos más negativos de este chico, todo resultó una carátula y detrás había una persona agresiva y conflictiva. Cualquiera que mirara a Sonia o que la saludara era un motivo para ensalzarse en una pelea o discutir con amenazas e insultos. Las amigas comenzaron a separarse de ella por el miedo que le tenían y se veían o hablaban a escondidas para que él no se molestara. 


El aspecto físico de Sonia se fue deteriorando, tenía ojeras y la ansiedad le hacia comer poco y a veces vomitar. Lloraba por las noches porque no sabía qué hacer y el miedo la tenía paralizada. Un día, tras la presión de su madre, le contó lo que sucedía y a partir de ahí todo se resolvió. Sus padres y ella fueron juntos a denunciar a este chico y tras la charla de su padre a él, nunca más volvió a molestarla. Tuvo suerte.



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